En el cerebro encontramos a los (neuropeptidos)
los cuales son como mensajeros recorriendo todo el cuerpo descargando
sustancias químicas cada vez que emitimos un pensamiento o decimos una palabra.
Si lo que pensamos o decimos es negativo, como la ira, frustración, critica,
queja, miedo, resentimiento, etc. El sistema inmunitario se debilita. Si estos
pensamientos son muy intensos o repetidos constantemente, se manifiesta una
enfermedad en el cuerpo. Por el contrario, si los pensamientos son positivos y
llenos de fuerza, como el amor, el perdón, la empatía, la alegría, etc. el
sistema inmunológico se fortalece. Hay una conexión entre el cuerpo y la mente.
Siempre estamos produciendo pensamientos sanos o perjudiciales.
Solo tenemos
que poner atención para detectar los pensamientos insanos para evitar llenarnos de toxinas y
malestares. En el cerebro se registran todas las emociones y pensamientos,
y las relaciona con los sucesos vividos. Cuando somos pequeños los
adultos que se encargaban de nuestro cuidado y formación nos dijeron palabras
que nos lastimaron o nos calificaron de alguna u otra manera negativa. No culpo
a nadie, todos repetimos los patrones que aprendimos de pequeños y así pasamos
esa información de generación en generación alterando nuestro ADN y creando
conflictos y miedos tan profundos que ni siquiera sabemos que ahí están. Lo
importante ahora es trabajar con esa parte del cerebro llamada hipotálamo para
cambiar sus conexiones de necesidad del
dolor, castigo y pesar. Es fácil
solo tenemos que impedir que esas conexiones se fortalezcan una y otra vez.
Cuando sorprendes un pensamiento negativo invadiendo tu mente, con suspenderlo,
dejar de darle fuerza pensando algo contrario o diciéndote:” te estoy viendo y
escuchando” o solamente fijando tu atención en el pensamiento como si fueras un
policía, inmediatamente el pensamiento negativo suspende la energía. Dejas de
pensar por un instante. Así se debilita esa conexión indeseada. Y pones otra intención. Por ejemplo si estoy
lavando trastes y empieza un pensamiento negativo como de pesar, enojo, culpa,
etc. Lo atrapo y digo “ya estás aquí otra vez, no te necesito mejor voy a
cantar mientras limpio la cocina” y feliz me pongo a cantar, ese es un trabajo
muy efectivo pues se cambia la energía negativa por una positiva.
Hemos invertido muchos años aceptando y
repitiendo los viejos modelos de pensamientos una y otra vez, ¿por que no
invertir ahora en cambiar los mensajes viejos y usados en nuevos e interesantes
pensamientos llenos de amor y bienestar?
Para empezar y probar si era cierto esto,
me puse un plazo de 5 semanas para “ver
que pasa”, trabajando frente al espejo
con la técnica de Louis Hay, con decretos positivos de amor, auto aceptación,
aprobación, deje de criticarme juzgando
mi físico y empecé a tratar a mi niña interior como si esa hermosa pequeñita
(yo) hubiera llegado a convivir las 24 horas del día. La empecé a tratar con tanto amor y
aceptación y a decirle palabras de aliento y aprobación. Al cabo de unos días,
ya la recordaba y tenia presente mas tiempo, pero lo mas sorprendente fue
cuando un día, quizá a solo 8 días de practica, frente al espejo, me di cuenta
del cambio que había en mi mirada, había mas luz en mis ojos, me sentía contenta, había una sensación de bienestar
conmigo misma. Aun no he logrado los
cambios necesarios, creo que eso es un trabajo emocionante de todos los días,
falta mucho por limpiar y por crecer pero el inicio fue muy emotivo y
alentador. Quiero ver más cambios positivos en mi vida. Aun haciendo las mismas
actividades día a día, podemos cambiar la experiencia y disfrutar el momento.
Para mi ha sido muy efectivo hacer las cosas difíciles con una nueva
intención recordándome al iniciar las
actividades de mi día: “amo lo que hago, y hago lo que amo” luego me enfoco en
el resultado que lograre ( me disgusta lavar el garaje pero así que empiezo a
decir amo lo que hago y hago lo que amo, me imagino el garaje limpio) y mientras hago estos pasos, voy lavando
cuando termino, me siento satisfecha y contenta de ver mi espacio reluciente y
ni siquiera me siento molesta. Me doy cuenta que he disfrutado el momento y he
fortalecido mi mente sobre todo, he pasado un rato agradable con mi niña
interior que por cierto, le encanta jugar con agua!
Estar en el momento presente, en el aquí y
ahora, es una herramienta muy poderosa para eliminar viejos pensamientos. El
pasado ya se fue, el futuro no esta, solo tenemos el momento presente que dura
un instante. Si nos concentramos en el momento que estoy viviendo, haciendo con atención y concentración lo que
estoy haciendo, la mente deja de enviar pensamientos del pasado o imaginar un
incierto futuro. Los neuropeptidos sanos fuertes y positivos han enviado
mensajes de salud y bienestar y poco a poco dejamos de vivir y revivir el
pasado.
Practico el aquí y el ahora cuando estoy
frente a un semáforo, en lugar de presionar para que el semáforo cambie de luz
roja a verde, simplemente me concentro en mi respiración son unos segundos que
disfruto sintiendo mi respiración, como entra y sale de mi cuerpo, dando la
oportunidad a mi mente de concentrarse en el aquí y el ahora. Al trabajar con el aquí y ahora, los
problemas dejan de ser esos horribles monstruos que amenazan tu vida, solo son
situaciones a resolver, son recuerdos almacenados en nuestra memoria
repitiéndose una vez mas para ser corregidos, en el momento indicado. En
ocasiones en que tengo que resolver una situación dada, la analizo y dejo de
reaccionar pensando todo el día en la
solución, tengo pensamientos positivos de que recibiré la ayuda e información
necesaria para la resolver la cuestión, dejo a un lado el preocuparme y
angustiarme, se que puedo dar con la respuesta. Entonces me concentro en lo que
estoy haciendo en ese momento. Y llega toda información y respuesta a veces
mejor de lo que yo hubiera imaginado. Solo
lo analizamos y lo soltamos, la respuesta nos llegara de nuestro
interior.
